El dibujo es como el Aikido plasmado en papel.
Aqui va alguien que ha hecho un agujero en una chapa blanca de un durísimo material, y se atreve a mirar sin miedo. Con los ojos bien abiertos para que entre todo, para no perder ningún detalle y captar hasta el más mínimo matíz del mundo al otro lado de su protección.
Para captar lo bello, lo magnífico, lo inexplicable y lo sublime, lo delicado, lo tierno y lo suave… y también lo desagradable, lo cruento y doloroso, lo tosco, lo repulsivo, y… lo dañino. Está mirando desde el corazón, para de ese modo, aceptar lo uno y lo otro… sintiendo, disfrutando , transcendiendo y perdonando según tercie.
Poder ver ¡¡¡ es un regalo, un lujo!!! Hay tanta belleza alrededor!!
Y, el comentarío…
No pretende ser un dogma, aunque conjugado en imperativo, no es más que una expresión de lo que creo y siento.
Mientras le iba dibujando, pues al fin y al cabo, son trazos de lápiz y de goma, he aprendido algo más valioso que a dar sombras..
WAYRA